«Cada vez sale más gente reconociendo que la tiene y hemos de abrir la mente y aceptarla con naturalidad», afirma Miguel Ángel Rodríguez
L. MARTI. valencia. Todavía no se había bajado de la bicicleta en su segundo reto cuando ya pensaba en el de 2015. Miguel Ángel Rodríguez volvería a pedalear por la enfermedad de Crohn y sobre todo por su madre. No dudó ni un momento el nombre de su tercer desafío: ‘Memorial Mari Carmen Navarro’. Ni su recorrido: «De Lourdes a Museros pasando por cinco puertos de montaña, entre ellos el Tourmalet, para seguir por Huesca, Zaragoza y Teruel entre otras ciudades». Todo ello en 72 horas.
El pasado viernes salió de la localidad francesa, un lugar muy especial que su madre no llegó a visitar. Allí se subió a la bicicleta, pero no lo hizo solo. A su lado, en una furgoneta de apoyo viajaba su hija Sandra. Con 13 años, esta joven se ha empapado del sentimiento solidario de su padre: «Durante los últimos tres años cada vez sale más gente reconociendo que tiene esta enfermedad y también todos hemos de abrir la mente y aceptarla con naturalidad». Además de ayudarle con la alimentación, la joven también le ha aportado apoyo moral. «El aspecto mental es muy importante, hay veces en los que el sueño parece que te va a ganar y lo que tienes que hacer es negociar con él para aguantar los tres días sin dormir», comentaba este ultrafondista antes de iniciar su reto. Este año, además del entrenamiento físico ha encontrado en el yoga «un gran aliado» para lograr otro récord que le permita recaudar dinero para la ACCU Valencia, asociación que ayuda a los enfermos del Crohn y la Colitis Ulcerosa. Hoy apura las últimas horas de las 72 que ha estado montado en bicicleta.